La mano cambió en el momento justo y cuando los pesimistas invitaban a pensar en lo peor. La derrota en Mar del Plata, donde el equipo mostró una de sus peores caras, quedó en el olvido justo en el partido que pintaba como imposible.
San Martín se puso de pie ante el líder Racing y le quitó el invicto cuando el panorama era oscuro y parecía que la luz no iba a aparecer nunca. Ese 2-1 heroico pareció hacer el clic en un plantel que hoy muestra otro semblante y que se anima a jugar de otra manera.
“El equipo sigue ganando en confianza y eso es lo más importa. Fuimos mejorando varias aspectos, ganamos de local y pudimos sumar de visitante. Pero falta mucho por corregir”, explicó Gastón Coyette luego de la parda en cero ante Talleres.
San Martín logró mantener por primera vez el cero en su arco de visitante y sobre todo sumar algo jugando lejos de La Ciudadela, lo que le da más impulso a una levantada que sí o sí debe confirmar el domingo contra San Martín de San Juan. Ahora, ¿qué fue lo que modificó el equipo en estos dos últimos juegos?
Coyette tuvo tiempo para trabajar luego de sus primeros dos partidos al frente y metió mano. No se encaprichó con un 4-3-3 que no funcionaba ni para atrás ni para adelante y parece ser que el 4-3-1-2 le calzó perfecto a sus pupilos.
Otro punto clave fue darle solidez al aspecto defensivo. Encontró en Hernán Petryk un lateral que en los últimos juegos mostró fortaleza en la marca y una buena alternativa en ataque. Al buen nivel de Lucas Acevedo lo respaldó con un Rodrigo Moreira que, jugando como primer marcador central (su posición natural), levantó el nivel y se le dio fortaleza en el juego aéreo y buena salida. Además, recuperó a Maximiliano Martínez, quien dejó en claro que no le pesa la Superliga.
Coyette también desestimó su idea de jugar con Matías García de lateral. Lo devolvió a la mitad de cancha y otra vez “Caco” volvió a ser decisivo. Recuperó también a “Tino” Costa y Álvaro Fernández, dos jugadores que si están bien pueden aportarle muchas cosas positivas al equipo.
Y contó con el guiño de que Claudio Bieler recuperó su poder de fuego. Marcó los dos goles contra la “Academia” y estuvo cerca de gritar en el “Mario Kempes”.
San Martín dejó de lado esa imagen de equipo inocente que siempre le daba una chance más a su rival. Hoy parece más compacto, sólido e inteligente a la hora de plantear los partidos. De a poco va aprendiendo el nuevo libreto, pero por sobre todo tomó nota de sus debilidades y eso achicó el margen de error considerablemente.
Eso sí, el entrenador no come vidrio. Sabe que pese a la mejoría evidenciada en los últimos juegos, San Martín no es un paciente en condiciones tener su alta médica. Faltan corregir algunos errores en el retroceso y sobre todo en la generación de fútbol; y en la contundencia, por sobre todas las cosas. “Falta, falta”, avisa Coyette antes de resaltar que el volumen de juego es una de las cosas que piensa trabajar a fondo esta semana. “Nos falta mejorar en el juego y concretar las chances. Hay que generar más y convertirlas sobre todo. Pero vamos por el buen camino y a los chicos los voy viendo cada vez mejor”.
Los resultados también ayudan mucho en este lapso del torneo. Si antes costaba trabajar con la mente cansada por tantas pálidas, los cuatro puntos sumados de los últimos seis en juego cambiaron la cabeza. “Esto ayuda mucho. Ganamos en confianza y eso no es poca cosa. Ojalá también nos permita para volver a ganar en casa; lo necesitamos”, afirmó Fernández.
Hoy San Martín parece haber sepultado a ese equipo apático, endeble, apagado, sin fuerzas y muy vulnerable que rifó muchos puntos en el arranque de la Superliga. Faltan mejorar varios aspectos, pero el primer paso está dado.